Lo que queda cuando todo se desmorona
Teníamos planes para nuestras vidas, incluso invertimos nuestro tiempo y dinero estratégicamente. Pero aquí estamos, varios años (¡incluso décadas!) después, lejos de nuestros sueños. ¿Está todo perdido?
Teníamos planes para nuestras vidas, incluso invertimos nuestro tiempo y dinero estratégicamente. Pero aquí estamos, varios años (¡incluso décadas!) después, lejos de nuestros sueños. ¿Está todo perdido?
Ya sea a principios de año o en cualquier otro momento del año propicio para empezar de nuevo, hacemos todo tipo de propósitos. Queremos mejorar nuestra salud, nuestra apariencia, nuestras relaciones, etc. Pero ¿qué pasa con nuestra sabiduría?
Todos sabemos que el orgullo es un defecto desagradable (incluso un pecado) y, en aras de la humildad, a veces rechazamos los elogios. ¿Dónde está la línea entre estar orgulloso de un logro y tener orgullo?
Sabemos que lo mejor que Dios nos ha dado es su Hijo Jesús. Su sacrificio nos dio vida eterna, ¿qué más podemos pedir? La generosidad de Dios no tiene límite y nuestro Padre quiere bendecir aún más a sus hijos.
Nuestro proyecto avanzaba muy bien, pero últimamente parece que nuestros esfuerzos ya no están dando frutos. Podemos intentar encontrar la razón, pero quizás también, que se trata sólo de un descanso obligado, sólo de un pequeño descanso saludable.
A cada trabajo se adjunta una lista de tareas. Cuando una solicitud no coincide con la lista, algunas personas se encogen de hombros y se niegan a hacerlo. Una posición legítima en el lugar de trabajo, pero no en el Reino de Dios.
Normalmente, cuando citamos un versículo del Génesis durante una conferencia sobre relaciones, es Génesis 2:18, porque habla del matrimonio. Sin embargo, antes del matrimonio viene una parte aún más importante de nuestra esencia: fuimos creados a imagen de Dios.
Dios es un Padre bueno que generosamente nos da todo lo que necesitamos. Puesto que somos sus hijos, también debemos ser generosos como nuestro Padre, pero nuestra carne egoísta no está dispuesta. Entonces, ¿cómo se desarrolla esta habilidad?
Al leer el primer capítulo de Romanos, entendemos que nuestra salvación eterna, pero también nuestro bienestar diario, simplemente se reduce a “a quién” elegimos reverenciar y a quién damos nuestra gratitud.
Ah… ¡mala noche! Nuestro día ha sido difícil y no podemos conciliar el sueño. Los problemas se han multiplicado últimamente y las noches de insomnio se suceden. A continuación se ofrecen algunos consejos bíblicos que podrían ayudarle.
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