Gracia, compasión y paz
Somos verdaderamente privilegiados de ser hijos de Dios. Cuando lo hacemos nuestra fuente, podemos vivir en su descanso y ofrecer ese descanso a quienes nos rodean.
Somos verdaderamente privilegiados de ser hijos de Dios. Cuando lo hacemos nuestra fuente, podemos vivir en su descanso y ofrecer ese descanso a quienes nos rodean.
Nadie necesita enseñarnos la ley del talión (ojo por ojo). Nuestra carne sólo se satisface cuando nuestro agresor se convierte en víctima. Pero esta vía sólo produce más represalias. Dios tiene otro camino para nosotros.
“¿Es eso lo que es un cristiano?”, a veces dudan algunos incrédulos al mirar la vida de quienes dicen haber nacido de nuevo. Para ser verdaderamente como Cristo, no tenemos otras opciones: debemos ser llenos del Espíritu Santo.
Dios nos pide que seamos pacificadores. Para eso, no tienes que estar de acuerdo con todos. Podemos muy bien estar en desacuerdo con alguien sin menospreciarlo o demonizarlo.
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Plantilla creada por Bootstrapious. Adaptada a Hugo por DevCows.